El lunes 17 de julio de este año, Verónica Abán se despidió de su mamá, de su abuela y de su hermana. Las saludó al pasar, porque su idea era volver a la noche. En la pequeña localidad de Hilario Ascasubi, en el partido bonaerense de Villarino, todos se conocen. Por esa razón, su familia no se alertó cuando Verónica no regresó a dormir a la casa de su madre.
La mujer de 35 años -quien se desempeñaba en la Unidad de Desarrollo Infantil de la Federación Rural para la Producción y el Arraigo– estaba a poco de mudarse a su propio domicilio, una casita que venía construyendo con esfuerzo desde hacía varios meses. Recién al mediodía del día siguiente, su prima la encontró sin vida, tendida en un colchón, en esa misma casa en construcción.
Según la autopsia, Verónica fue estrangulada y no tenía signos de haberse defendido. Lo extraño, es que según el peritaje de la policía científica, en el domicilio sólo se encontró ADN de la víctima. Y de nadie más.
A tres meses del femicidio, toda su familia sospecha del mal proceder de la policía comunal y del destino de la investigación a cargo del fiscal Jorge Viego, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5.
Es que, tal como expresaron sus allegados, pese a que la muerte de Verónica se caratuló en un comienzo como “homicidio”, a tres meses del hecho no hay ni siquiera una pista, un sospechoso, o un imputado por el crimen.
A tres meses de su homicidio no hay ningún imputado, no hay novedades con respecto a la causa
En ese mismo partido, Villarino, ocurrió la desaparición forzada seguida de muerte del joven Facundo Castro, en abril del 2020. La policía bonaerense es la principal sospechosa.
Vale aclarar que el intendente de la localidad, Carlos Bevilacqua, no se ha pronunciado sobre el tema y el acompañamiento a la familia de Verónica, ha sido casi nulo hasta el momento.
“A tres meses de su homicidio no hay ningún imputado, no hay novedades con respecto a la causa. Mirando hacia atrás los familiares nos damos cuenta de que hubo muchísimas irregularidades de parte de la policía comunal”, le dijo a ARG MEDIOS, la hermana de la víctima, Olga Abán.
Para Olga, el hecho de que no se haya encontrado más ADN que el de Verónica en la escena del crimen, “no cierra”. “Todo está muy raro. O están tapando o cubriendo algo…. no encontramos razón”, dice.
La hermana de la militante de Federación Rural, agrega que cuando la familia pide explicaciones a la Fiscalía, “le echan la culpa a la policía”, pero cuando el pedido de respuestas es hacia la policía, “le tiran la pelota a la justicia”.
“Entonces no tenemos respuestas. Nos sentimos abandonados como la familia de Vero, porque los que nos tenían que cuidar y proteger son los que no lo hacen y evidentemente están tapando algo”, sostiene Olga.
El pasado 17 de octubre se realizó una multitudinaria movilización por las calles de Ascasubi, con la presencia de vecinos y vecinas, todavía conmocionados por el femicidio.
“Necesitamos que por favor quien tenga datos sobre ella, que la vio, escuchó algo en su domicilio o por su barrio ‘18 de Junio’ o el barrio ‘Perman’ ese lunes 17 entre las 19 hs y las 23, se acerque a la comisaría o se comunique con nosotros, todo sea para esclarecer el caso y que ella pueda descansar en paz, y que pague quien sea el responsable”, recordaron desde el entorno de la víctima.
Nos sentimos abandonados como la familia de Vero, evidentemente están tapando algo
El crimen tuvo lugar en la casa, en construcción, de la víctima, situada en la calle 16 entre 21 y 23. En el domicilio no se registró que su puerta o alguna abertura haya sido forzado, así como tampoco se constató que Verónica hay sufrido algún robo de pertenencia.
Todo indica que -pese a la falta de investigación seria y profunda- alguien relacionado a la víctima ingresó sin resistencias y cometió el crimen a la mujer de 35 años.
Los y las vecinas que fueron consultados por este medio consideran que posiblemente esa persona pueda estar implicada en la policía local.
A tres meses del femicidio, ¿Quién mató a Verónica?