Entre todos los problemas económicos y sociales que vive el país, hay un tema profundamente sinuoso que está pasando desapercibido en los grandes medios de comunicación y en la vida cotidiana de la gente. Tiene que ver con las relaciones más que íntimas entre el presidente de la Nación, Javier Milei y el sionismo: una ideología de extrema derecha y nacionalista que motorizó la creación de un Estado propio para los judíos. El Estado de Israel.
Un vínculo que no solo tiene que ver con lo religioso, sino -ante todo- con un fuerte negociado que beneficia a unos pocos empresarios cercanos a ese país.
“En América Latina, en donde más hace pie el sionismo es en Argentina. Ya que ocupa lugares claves en nuestro país, como en los grandes medios de comunicación y las universidades”, plantea para ARG MEDIOS el historiador y doctor en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lanús (UNLu), Martín Martinelli.
Por lo que el genocidio que está sufriendo el pueblo palestino (se calcula que más de 24 mil palestinos murieron a manos de las Fuerzas Armadas de Israel desde el pasado mes de octubre), no sea completamente denunciado y por ende, en algún punto, se termina respaldando a la versión sionista.
Cómo Milei se acercó al sionismo
Empecemos por el principio: corría el año 2021 y el por entonces Javier Milei empezaba a demostrar que estaba para más que un panelista-show de los canales de televisión. La versión oficial de cómo el líder de la Libertad Avanza se convirtió al judaísmo y empezó su cercanía más que estrecha con el sionismo, se habría dado después de que a Milei lo hayan tildado de “nazi” y “antisemita” por las redes sociales.
Aturdido por ese señalamiento, el ahora presidente aceptó reunirse con el economista Julio Goldstein, quien a su vez preparó un encuentro con Tomás Pener, el director del movimiento Betar. Se trata de un movimiento juvenil sionista y revisionista, vinculado al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
A los pocos días, Pener volvió a llamar a Milei y le presentó al rabino Axel Wahnish. De ese encuentro surgió el primer “click” en la vida espiritual de Milei: a partir de ese momento, el libertario pasaría a visitarlo seguido por el centro religioso ubicado en la calle Borges, en el barrio porteño de Palermo Soho.
Tanto, que tiempo después el economista le propuso a Wahnish ser parte de su equipo de colaboradores, un lugar que el rabino terminó aceptando. Vale aclarar que luego de su triunfo en el balotaje, Milei designó al rabino como embajador argentino en Israel.
Aquí reside el segundo punto de relación directa entre Milei y el sionismo, ya que Wahnish es un integrante del rabinato de la Comunidad Marroquí Judeo Argentina (Acilba), una expresión judía que integra el movimiento Jabad Lubavitch.
Un punto en el que tenemos que detenernos un momento para comprender su importancia, debido a que es precisamente donde aparecen los vínculos económicos entre el sionismo y el nuevo gobierno de la Argentina.
Lubavitch: el movimiento sionista más grande del mundo
Es fundamental aclarar que una cosa es el judaísmo -una expresión religiosa como cualquier otra- y otra cosa muy distinta es el sionismo. De hecho, de los 14 millones de judíos que se calculan que existen en el mundo, la gran minoría se reconoce sionista.
En este segundo sector se ubica el movimiento Jabad Lubavitch, de facciones ultra conservadoras y con influencia en la mayoría de los países del mundo. Pero particularmente destacable por su capacidad para generar vínculos políticos y económicos. Algo que se escapa completamente de la espiritualidad judía.
En Estados Unidos, por ejemplo, logró cultivar relaciones con el expresidente Donald Trump, quien recibió a sus representantes locales nada más ni nada menos que en la Casa Blanca, en 2018. Además, su hija Ivanka y su yerno son practicantes de esta rama sionista.
Otros casos son los del banquero David Rothschild, así como los mega multimillonarios rusos Lev Leviev y Roman Abramovich.
Jabad Lubavitch, es un movimiento ultra conservador y con influencia en la mayoría de los países del mundo
En 2010, el escritor e investigador Alejandro Soifer publicó el libro “Los Lubavitch en la Argentina”, alertado por el crecimiento de esta facción en el país. “El rumor era que te lavaban el cerebro y terminabas siendo ultraortodoxo”, dijo hace poco para el diario Perfil.
Pero si faltaban señales para vincular al gobierno libertario con el sionismo, podemos recordar cuál fue el primer viaje de Milei como presidente electo. Sí, a los Estados Unidos para visitar directamente la tumba del rebe Lubavitch, el líder espiritual que inició el movimiento sionista que hoy condiciona a los principales presidentes del mundo.
Vale aclarar que mientras se publica este artículo, el presidente argentino se encuentra en Israel, en el marco de su primera gira internacional. Milei lloró en el muro de los lamentos y aseguró que Argentina reconocerá a Jerusalén como la capital de Israel. Una de las decisiones más sensibles (y quizás irresponsables) que haya tomado la Argentina en términos geopolíticos.
Negociados con una casta religiosa
Hasta acá el contexto necesario para comprender qué es el sionismo, quiénes son sus representantes espirituales y cuál es el vínculo directo con el nuevo gobierno en la Argentina. Pero si llegaste hasta este último punto, es el momento de revelar quiénes son los empresarios beneficiados a partir de un acercamiento estrictamente ideológico y personal por parte de Milei al judaísmo extremo.
El primer negociado es evidente y grosero: Muchos se preguntaban por qué Milei se mantuvo cautivo en el Hotel Libertador por varias semanas, incluso cuando ya había asumido como presidente.
Este hotel es propiedad del multimillonario Eduardo Elsztain, quien a su vez es dueño de la desarrolladora inmobiliaria IRSA e IRSA Propiedades Comerciales, del Banco Hipotecario y de las agropecuarias Cresud y BrasilAgro. A su vez, también es presidente de la compañía Austral Gold y de la Fundación IRSA.
Es importante aclarar que Elsztain figura en el mega escándalo de corrupción conocido como Panamá Papers. Y tal como se sospechaba, el empresario es un activo militante del movimiento Lubavitch, de caracter sionista.
Milei y el empresario se conocieron en abril del año pasado, en una conferencia en un hotel propiedad del grupo empresarial en el Llao Llao (Bariloche). No hay pruebas, pero tampoco dudas de que gran parte de su campaña para llegar a ser presidente haya sido bancada por el mismo Elsztain.
Por fuera de este primer magnate, aparece otro vínculo directo entre el gobierno nacional y el empresariado que responde al movimiento judío sionista: Gerardo Werthein.
Se trata de un empresario y dirigente deportivo con negocios en medios de comunicación, agricultura, energía, sector inmobiliario, telecomunicaciones, industria alimenticia y salud.
El grupo Werthein, con más de 90 años de historia, es hoy uno de los holdings más grandes del país. Si bien es cierto que Gerardo dejó formar parte del grupo hace más de tres años, actualmente es accionista del diario El Cronista y el multimedio uruguayo El Observador, que ahora tiene una radio de nombre homónimo en Buenos Aires, bajo la dirección periodística de Luis Majul y con Viviana Canosa, Esteban Trebucq y Yanina Latorre en su programación.
EL HOTEL LIBERTADOR es propiedad del multimillonario Eduardo Elsztain, OTRO REPRESENTANTE DEL SIONISMO EN ARGENTINA.
Curiosamente, comunicadores e influencers que hicieron abierta campaña mediática para Milei durante las elecciones 2023.
A su vez, el mismo grupo contiene a varios medios de comunicación (entre los más conocidos, DirecTv y Tyc Sport) y hasta el 2017 fue dueño de Telecom, el cual fue vendido al Grupo Clarín.
Para conectar ambas historias, es importante recordar que el viaje que Milei hizo a Estados Unidos para visitar la tumba del rebe Lubavitch fue en un lujoso avión privado y costó 200 mil dólares. Todo costeado por Whertein, cuyos favores fueron cobrados nada más ni nada menos que con la embajada argentina en Washington.
Sin embargo, la lista de empresarios ligados al sionismo es larga y a partir de esta también aparecen otros jugadores de peso, como Joe Lewis y Luciano Benetton.
“El lobby sionista está acoplado a los intereses anglosajones. En primer término con los Estados Unidos y en segundo, con Gran Bretaña. Y eso se puede ver en relación a cómo apoya las medidas neoliberales que surgen de Washington. Esto claramente se acentúa cuando en América Latina gobiernan las extremas derechas”, describe con precisión Martinelli.
El genocidio que comete Israel en Palestina
El Estado de Israel se construyó ilegalmente en 1967, luego de una larga disputa territorial en la cual la propia ONU tomó una resolución en favor de la naciente nación judía y del Estado de Palestina. Desde ese entonces, Israel logró fortalecerse militarmente gracias a la ayuda de Estados Unidos y otros aliados de Occidente.
Por esta razón, las respuestas militares del Estado sionista siempre incluyen decenas de palestinos asesinados, la enorme mayoría perteneciente a la población civil. Al mismo tiempo, a partir de los ataques, fue sumando territorio palestino y arrinconando a la población árabe en pequeñas porciones de tierra. Como ocurre en la actual Franja de Gaza, un territorio de 41 km de largo y 6 de ancho en donde viven casi 2 millones de personas encerradas y custodiadas por Israel.
Un hecho que es denunciado internacionalmente como un verdadero “apartheid” desde hace décadas, pero que no encuentra reales y concretas sanciones de parte de la Comunidad Internacional hacia el Estado de Israel.
Pero para graficar lo que constituye un verdadero genocidio, podemos tomar tan solo la última gran masacre que Israel perpetró e esta golpeada población. Ocurrió luego de que el grupo terrorista Hamás -el cual no representa al pueblo palestino- atacara por sorpresa a Israel y asesinara a más de mil civiles.
pESE A LAS DENUNCIAS INTERNACIONALES, ISRAEL NO ES SANCIONADO POR BOMBARDEAR A LA POBLACIÓN CIVIL DE PALESTINA.
En respuesta, desde el pasado 6 de octubre a la fecha, el Estado sionista bombardeó sistemáticamente por varios días, asesinado a más de 24 mil personas, la mayoría mujeres, ancianos y niños.
Tal como recuerda el historiador Martinelli, en 2012 “el Estado argentino hizo un reconocimiento sobre la existencia de Palestina”. Desde entonces, Argentina se encuentra entre los pocos países que reconoce tanto a Israel como a Palestina.
Pero con la llegada de Milei, no solo se podría negar la preexistencia del Estado palestino, si no que se apoyaría completamente la línea sionista en el conflicto.
Algo que -como se ha visto- no solo se responde a partir de una postura ideológica o de fe, si no también, por negocios.