Al clima de tensión que ya existía entre Mauricio Macri y el gobierno de Javier Milei, se le suma el destrato que recibió el expresidente durante el acto en Tucumán, donde se firmó el “Pacto de Mayo”.
Macri fue el único ex mandatario (si es que no se lo suma a Rodríguez Saá, que estuvo a cargo del Poder Ejecutivo tan solo una semana) que asistió a la Casa de Tucumán, para la firma del acuerdo entre Milei y los gobernadores. Pero el empresario tuvo que mirarlo desde afuera, sin participar del acto central, ni tampoco tener un momento destacado junto al presidente y el resto de los invitados.
De hecho, Macri ni siquiera pudo sumar las firmas del Pacto de Mayo junto a la de Milei y los gobernadores: lo hizo en otra mención, en donde se incluían más de 800 firmas. Es decir, casi testimonial.
A esto se le suma que el expresidente fue enfocado en pocas oportunidades durante la transmisión oficial, en donde se lo pudo ver junto a una decena de personas, a las afueras del histórico recinto donde hace 208 años se firmó la declaración de independencia de nuestro país.
Si bien el exmandatario volvió a Europa sin chistar, desde las filas del PRO consideran que no van a dejar pasar ese mal trago que sufrió y si bien todavía no hay hipótesis, la dura interna que Macri encabezó con la ministra Patricia Bullrich, pueden ser algunas de las razones.
Lo cierto es que con este nuevo capítulo, el gobierno de Milei suma todavía más tensión, ya que -de a poco- el macrismo le empieza a apuntar los cañones a un gobierno que ve con buenos ojos, pero que al mismo tiempo, aseguran, “no saben cómo llevar a cabo esas ideas”.
Las diferencias se acentuaron cuando hace unos meses, el núcleo duro de la Casa Rosada le cerraron las puertas al desembarco de funcionarios ligados a Macri, para casi fusionar el PRO con la Libertad Avanza. Ahora, tras la ruptura oficial del macrismo con el ala que conduce Bullrich, todo eso parece lejos de concretarse.