El kirchnerismo y parte del Frente de Todos rearman su estrategia electoral de cara al 2023. Con un gobierno nacional devaluado, los diferentes referentes territoriales del peronismo decidieron apostar a sus territorios para crecer de abajo hacia arriba.
El 2021 mostró que el arrastre de votos no solo se dan desde los candidatos presidenciales o de diputados hacia los puestos más bajos como intendentes y concejales. La remontada del Frente de Todos en la Provincia de Buenos Aires entre las PASO y las generales que le permitió generar una derrota elegante, llegó desde los intendentes del conurbano.
Esa parece haber sido la lectura de los principales referentes del oficialismo durante la reunión que mantuvieron la semana pasada en la Gobernación bonaerense para debatir la agenda política del oficialismo con miras al año electoral y la situación, sobre todo, en el Conurbano.
Desde la residencia de Axel Kicillof, con la presencia de Máximo Kirchner, se empezó a delinear el “Operativo blindaje”. La estrategia en vistas de las elecciones del 2023, donde el kirchnerismo buscará dar la pelea desde el territorio bonaerense.
En esa línea parecen enmarcarse las últimas salidas del gobierno nacional y las que vendrán. El primero en retornar al pago chico fue Juan Zabaleta, exministro de Desarrollo Social que volvió a Hurlingham. Sin embargo, el exfuncionario albertista lo hizo preocupado por el crecimiento de La Cámpora en su territorio.
La salida más reciente es la de Jorge Ferraresi, intendente en licencias de Avellaneda, que adelantó que volverá el 1ro de noviembre al corazón del peronismo en zona sur. Al ministro de Desarrollo Territorial le faltaban solo tres semanas para estar dos años de licencia, con lo que se podría considerar que no tuvo un mandato cumplido y a partir de esa situación quedar habilitado para tener dos reelecciones más.
Sin embargo, el bajo precio que paga el gobierno nacional y el crecimiento de Juntos en el distrito apuraron los tiempos del avellanedense. En el territorio históricamente peronista, viene acechando la ola opositora. Durante las elecciones legislativas del año pasado, Victoria Tolosa Paz le ganó a Diego Santilli por 42,8% a 36,1%. Pero en las elecciones municipales, las listas de Juntos en las PASO sumaron el 35,41% de los votos. Si bien el triunfo no estuvo puesto en duda, el macrismo logró con esos valores la mejor elección de su historia en el distrito.
En el mismo sentido, se esperan más salidas del gobierno nacional para los próximos meses. Otro de los que puede volver al pago chico es el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.
El funcionario es vital para sostener una buena imagen de la gestión de Alberto a partir de la concreción de obras pero Katopodis también tendrá su propia disputa en San Martín. Además de la oposición de Juntos, al funcionario nacional le quieren jugar “Todos”: el Evita ya anotó a Leo Grosso como precandidato a la intendencia.
El gabinete de Kicillof también podría sufrir bajas en las próximas semanas con el objetivo de asegurar los territorios. En la reunión que mantuvo con Máximo Kirchner y diferentes intendentes del conurbano, estuvo Martín Insaurralde, quién fue nombrado jefe de gabinete bonaerense tras la repuntada del 2021.
Para Kicillof también será clave la aprobación del presupuesto y con ello la ejecución de obras en los 135 municipios de la Provincia de Buenos Aires para mantener el bastión más preciado del peronismo, que fue conquistado por Juntos hace tan solo siete años atrás.
El peronismo no es solo de GBA
Otro que ya anticipó su regreso al territorio, sin fecha cierta, es el jefe de gabinete, Juan Manzur. El tucumano quiere hacerse fuerte en su provincia y evitar quedarse sin refugio ante una derrota electoral a nivel nacional en 2023.
El 17 de octubre, Día de la Lealtad Peronista, Manzur y su discípulo Osvaldo Jaldo, firmaron el decreto para fijar las elecciones locales el próximo 14 de mayo, confirmando que pegar las elecciones provinciales a las nacionales no es bueno para nadie.
El jefe de gabinete se encuentra de licencia como gobernador de Tucumán y la Constitución de su provincia le prohíbe un tercer mandato consecutivo, pero no impide que un gobernador con dos períodos seguidos sea candidato a vice en el turno siguiente.
El peronismo tucumano no solo se jugará las cartas más importantes de la gobernación y las bancas en senadores, sino que la estructura apuesta a disputar 347 cargos: la gobernación y la vicegobernación, 19 intendencias, 184 concejalías, 93 comisiones comunales y 49 bancas de la Legislatura.
Con este panorama, los diferentes movimientos en el gabinete nacional dejan en claro que el gobierno de Alberto Fernández dejó de ser una buena vidriera para los funcionarios de turno. Despegarse de la gestión nacional cuanto antes parece ser la estrategia del kirchnerismo para mantener en pie las pocas posibilidades de volver a ser gobierno en 2023.