Falta menos de una semana para que se dispute la segunda vuelta de la elección en Argentina y el primer debate de candidatos dejó en claro cuál será el rumbo que encarará el país en términos de política exterior según quien resulte vencedor en la contienda.
Puede parecer un detalle menor, pero no lo es. Teniendo en cuenta el contexto internacional de consolidación del orden mundial multipolar y las posibilidades para el crecimiento económico que éste ofrece, el rumbo que adopte la Argentina puede ser determinante para el despegue o no de la economía nacional, el gran asunto que atraviesa la elección presidencial en la cual se enfrentan Sergio Massa y Javier Milei.
Por el lado del candidato de La libertad avanza, la propuesta es una vieja conocida. La intención de estrechar lazos con el imperialismo norteamericano y sus principales socios a nivel mundial (la Unión Europea e Israel principalmente) da cuenta de un camino ya recorrido por la Argentina donde lo que prevalece fundamentalmente es la sumisión a los intereses extranjeros por sobre la soberanía nacional.
Para Milei, la aproximación con el referente del ya extinto orden mundial unipolar es más que nada una cuestión ideológica. La propuesta de ampliación del libre mercado y de la reducción del Estado a sus mínimos históricos es el camino que el país debe seguir para lo que considera que será el despegue definitivo de la economía argentina.
Si bien Estados Unidos aparece como el modelo a seguir, lo es sólo en la medida en que el Estado no intervenga en cuestiones económicas, algo que no sólo ya se probó ineficaz en la práctica sino que el propio Imperio no adopta en su esquema económico. Tampoco lo ha implementado la Unión Europea, pese a la profundización de las políticas neoliberales en varios de los países que la componen (el caso del aumento de la edad jubilatoria en Francia es el más expresivo).
Dicha aproximación en términos prácticos el candidato la plantea también en el plano monetario. Milei propone la dolarización de la economía argentina como forma de terminar con la inflación, algo que apunta como responsabilidad del actual gobierno por la emisión monetaria. Al mismo tiempo, propone cerrar el Banco Central, lo cual llevaría al país a depender exclusivamente de Estados Unidos para proveerse de los dólares necesarios para financiar la economía argentina.
Del otro lado, el candidato de Unión por la Patria apunta hacia los beneficios que ofrece para Argentina la multipolaridad con la irrupción de potencias económicas como China, Rusia y Brasil (a quienes Milei rechaza por sus ideologías supuestamente comunistas).
Por otro lado, para Sergio Massa la posibilidad de negociar con todos los actores internacionales representa una oportunidad para el crecimiento económico, haciendo uso de los recursos naturales que ofrece la Argentina y expandiendo el comercio de la mano de las exportaciones.
Massa apunta a la necesidad de aprovechar el actual contexto internacional en beneficio del crecimiento económico argentino dejando en claro que es fundamental la cooperación regional para la defensa de la soberanía nacional, así como también la aproximación con los rivales estratégicos del imperialismo para no depender exclusivamente de la relación bilateral con Estados Unidos.
Las propuestas de ambos candidatos van en direcciones diferentes. Mientras uno prioriza la aproximación con el principal verdugo de las economías dependientes de la región, estrategia que ya se probó ineficaz en el pasado menemista durante la unipolaridad y que puede resultar un fracaso aún más rotundo en el contexto actual, el otro propone adaptarse al mundo de hoy para sacar máximo provecho en beneficio del crecimiento económico y en defensa de la soberanía nacional.
Pese a la inexperiencia de Milei en el Ejecutivo, detalle del cual gran parte del electorado se sostiene para justificar el voto en favor de La libertad avanza, su lectura de situación en el actual contexto mundial tiene el potencial de sumir a la Argentina en un abismo ya conocido y para nada provechoso. El próximo domingo 19 quedará definido si será este el rumbo que adoptará el gobierno en política exterior durante los próximos años.