Hasta siempre Norita: la pequeña gigante que alumbra memoria y lucha 

Un repaso sobre su vida, sobre sus luchas y resistencias. La mujer que no paró un solo día para descansar. La mujer que fue ícono del compromiso, la solidaridad y la entrega. 

Un pedazo de la democracia, un pedazo de la memoria, un pedazo de la lucha parece irse con la partida de Norita Cortiñas, esa incansable mujer que buscó hasta el final a su hijo -Gustavo- tanto como al resto de los 30 mil.  

Se fue un jueves, día en el cual las madres vuelven a hacer la ronda en Plaza de Mayo, ese lugar que la convirtió en el ícono de lucha popular, no solo en la Argentina si no en el mundo. Sucede que Norita sentía en lo más hondo cualquier injusticia, y por esa simple razón, brindó su solidaridad al pueblo haitiano, estuvo en cada violación de los derechos humanos en América Latina, y también fue parte del apoyo internacional por Palestina y las mujeres Kurdas. 

Pero la vida de esta mujer no comenzó en los 70: nació el 22 de marzo de 1930, en una numerosa familia de españoles. Después del secundario, conoció a Carlos y fue amor a primera vista. Luego de su casamiento, en 1952, nació el primer hijo de la familia: Carlos Gustavo. Aunque desde entonces lo llamarían por su segundo nombre. En 1955, nació su segundo hijo, Marcelo. 

Su primer hijo estudiaba en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), era militante de la Juventud Peronista y estuvo muy cercano a la obra social que encabezaba por entonces el padre Carlos Mugica, en la villa 31. 

Con la desaparición de Gustavo, en abril de 1977, la vida de Nora se transformaría abruptamente. De ser una “simple ama de casa”, como ella se definía, pasó a las inventivas más valientes para saber el paradero de su hijo. 

Ese mismo año su cuñado le habló de un grupo de mujeres que se reunían frente a la Casa Rosada y aunque la idea parecía un tanto arriesgada, Norita fue. Desde entonces no dejó la Plaza. Y pasó a ser parte de ella. 

Tanto, que ayer con la noticia repentina de su partida, un grupo de personas y militantes colgaron una bandera en la reja que rodea la pirámide de Mayo: “Nora eterna”, decía. Para luego dar una nueva ronda, con velas y cantos. 

Norita será despedida este viernes de 9 a 18 en la Casa de la Memoria y la Vida -Predio Quinta Seré, en Santa María de Oro y Blas Parera, Castelar. El ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio, en donde la propia Norita llegó a ingresar de forma intempestiva para encontrar a su hijo.