De los Juegos mas paritarios al acoso sexista

El debate por la igualdad de género no escapó a Tokio 2020. Sin embargo, muchas federaciones fallaron en el apoyo a sus deportistas mujeres. Discursos de odio en redes sociales, vestimenta y salud mental.

Juegos Olimpicos mujeres
An San, la deportista sucoreana que triunfó en tiro con arco. Foto: EFE

Cada cuatro años se lleva adelante el evento deportivo más importante del mundo: los Juegos Olímpicos (JJOO). Tokyo 2020 es la edición con mayor paridad entre hombres y mujeres de la historia. El comité organizador, por otra parte, tuvo su capítulo al respecto.

En marzo de este año, el Comité Olímpico Internacional (COI) llevó a cabo un primer gesto simbólico al nombrar a 12 mujeres en la Junta Ejecutiva del organismo, que ahora tendrá 19 mujeres entre sus 45 miembros, es decir, el 42%. El presidente actual es el alemán Tomas Bach y tiene mandato hasta 2025.

El COI ha tenido nueve presidencias en su historia, cargo que no fue ocupado por ninguna mujer. Las mujeres presiden comisiones, no organismos, y la organización de los Juegos Olímpicos no es la excepción.

De hecho, a comienzos del 2021, Yoshiro Mori renunció al comité organizador por sus comentarios sexistas al oponerse a ampliar la junta ejecutiva. Mori argumentó que si aumentaba el cupo femenino iban a tener dificultades para concluir las reuniones, ya que las mujeres “hablan mucho” y sería algo “molesto”. Lo reemplazó la exdeportista Seiko Hashimoto.

De acuerdo al COI, estos JJOO son los de mayor participación de mujeres, que representan el 48,8% de atletas en 46 categorías. Los eventos mixtos son nueve más que en Río 2016. El comité organizador se comprometió a alcanzar la paridad plena en París 2024.

El reclamo por la vestimenta 

El equipo femenino de handball de playa de Noruega fue multado este año por negarse a usar bikini durante un partido del Campeonato Europeo. Ellas eligieron usar shorts porque consideran que el uniforme actual, además de ser incómodo, las sexualiza. Aún así, la Federación Europea de Handball las multó por considerar que la ropa era inadecuada e iba en contra del reglamento.

Según el reglamento de handball de playa, las mujeres deben usar una bikini que “esté en concordancia con el dibujo adjunto, con una cerrada forma con corte angulado hacia arriba hacia el tope de la pierna. El costado de la cadera no debe exceder los 10 cm de ancho”. 

Sobre esto, hablamos con la médica Carolina Calivar que trabaja la actividad física como salud integral. “La regla de que el equipo masculino pueda usar short y camisetas y las mujeres tengan que usar bikini marca el sexismo, si fuera igual, los hombres deberían jugar en sunga (…) Me imagino como persona que trabaja en la salud femenina que debe ser muy incómodo para ellas, que su cuerpo sea la promoción del deporte”.

La Dra. Calivar agregó que así como el lenguaje se modifica porque la sociedad se modifica, la palabra de las deportistas debería ser suficiente para modificar su vestimenta “las federaciones deberían escuchar y ser más flexibles”, sostuvo.

Durante las presentaciones de Tokio 2020, el equipo alemán de gimnasia artística también llevó el debate a su disciplina. Las gimnastas se presentaron con un uniforme que cubría todo su cuerpo para evitar la sexualización, ya que muchas de ellas son menores de edad y se sienten muy incómodas.

“Las mujeres queremos poder sentirnos cómodas en nuestra propia piel. En el deporte de la gimnasia es cada vez más difícil hacerlo conforme tu cuerpo infantil va creciendo. Cuando era niña no veía nada malo con los uniformes de gimnasia. Pero cuando comenzó mi pubertad y llegó mi menstruación comencé a sentirme cada vez más incómoda”, explicó la gimnasta Sarah Voss en su cuenta de Instagram.

Tanto por los espacios donde se toman decisiones, como por exigir derechos que buscan la igualdad entre los deportes, las mujeres son juzgadas. En pleno auge de las redes sociales los discursos violentos sobre el cuerpo femenino aumentaron, y bajo la justificación del rendimiento deportivo muchas veces se esconde una buena carga de misoginia.

El odio en redes sociales

La forma de dirigirse a las mujeres deportistas ha resultado más violenta que hacia los hombres. El acoso hacia los varones suele centrarse en sus logros deportivos —o la falta de ellos— , mientras que para las deportistas incluye un paso más: se habla sobre su aspecto físico, su elección sexual, entre otras derivaciones.

En Corea del Sur, la arquera An San recibió insultos a través de internet y señalamientos de que su corte de pelo corto la relaciona con el movimiento feminista. La arquera surcoreana de 20 años rompió un récord olímpico que se mantenía desde 1996 en la disciplina de tiro con arco, y ganó tres medallas de oro en diversas modalidades. Sin embargo, grupos de hombres coreanos la insultaron, acosaron en sus redes sociales y hasta montaron una campaña para que devuelva los títulos por presunta falta de mérito.

Argentina tampoco es ajena a estos discursos hacia sus deportistas, tres de ellas se despidieron de Tokio 2020 sin los resultados que esperaban y recibieron insultos, que incluían mensajes violentos y sexistas. La tiradora de 21 años, Fernanda Russo, se despidió con un video a través del canal DeporTV.  “Los quería llamar a la reflexión un minuto como argentinos. Así como hemos recibido muchos mensajes de amor que agradezco, también hemos recibido mensajes de odio y muchos ataques injustificados en las redes”, expresó.

Otra de las deportistas más atacada fue Delfina Pignatiello, la nadadora de 21 años, quien decidió borrar algunas de sus redes sociales debido a los mensajes de odio que recibió luego de su desempeño en los JJOO. “La gente es muy cruel, y por más que ignore quiero cuidar mi salud mental por sobre todas las cosas”, expresó en su cuenta de discord.

La tenista Nadia Podoroska también se pronunció al respecto a través de Twitter. “A quienes aman el deporte, nos siguen y están pendientes de nuestros resultados: por favor, antes de escribir algo sobre cualquier deportista piensen que somos personas, que sentimos y sufrimos cosas como el resto, y que nos esforzamos al máximo para dar lo mejor, porque nadie más que nosotros sufre las consecuencias de un mal resultado. Los mensajes de odio en las redes sociales causan mucho daño y no tienen justificación”.

La mayoría de las deportistas entrenan desde muy pequeñas para llegar a las competencias de los Juegos Olímpicos. Desde edades muy tempranas deben escuchar a desconocidos opinar sobre sus cuerpos, además de opinar sobre lo deportivo. Los discursos suelen ser cada vez más fuertes y terminan afectando hasta la propia salud.

Deporte y salud mental 

La salud mental es un tema que ha tomado más relevancia en el deporte. Un caso emblemático ocurrió en mayo pasado, cuando la tenista japonesa Naomi Osaka expresó que no quería participar de las conferencias de prensa obligatorias en el Abierto de Francia porque era una actividad con la que no se sentía cómoda. La organización de Roland Garros multó a Osaka con 15 mil dólares por no hablar con los medios.

En estos Juegos, quien renunció por su salud mental a la competencia de gimnasia artística fue la reconocida Simone Biles. De manera sorpresiva, dejó la competencia de suelo y dijo a la prensa: “Desde que entro al tapiz estoy yo sola con mi cabeza, tratando con demonios en mi cabeza (…) Debo hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental y no comprometer mi salud y mi bienestar”, sostuvo

El equipo estadounidense de gimnasia artística está atravesando un momento difícil, desde que se conocieron los casos de abuso perpetrados por Larry Nassar, quien trabajó como coordinador médico del equipo olímpico norteamericano. Los abusos ocurrieron con complicidad de quienes lideraban la Federación Deportiva Estadounidense, quienes obligaron a las gimnastas a guardar silencio. Nassar fue denunciado por al menos 200 atletas y recibió una condena a 175 años de prisión en 2018.

Una semana después, Simone volvió a competir en la final de viga de equilibrio y ganó una medalla de bronce. Aunque mencionó que aún no se siente segura para girar en el aire, estaba muy contenta porque la medalla significó “más que un bronce”.

¿Qué tienen en común todas estas deportistas? Que sus decisiones personales están en tela de juicio permanente, que han recibido opiniones sobre su cuerpo que no pidieron, que las sexualizan desde muy pequeñas y no pueden disfrutar libremente de hacer lo que les gusta ¿Qué se puede hacer para frenar la violencia? Entender que el cambio siempre es colectivo, que si bien hay grandes responsables, involucrarse en la lucha por la igualdad de género es una tarea en todos los ámbitos.