Los teléfonos arden: las nuevas revelaciones en el atentado a CFK

Juan Manuel Ubeira, abogado de Cristina Fernández, habló con ARG MEDIOS y contó las novedades de una causa dividida que avanza de forma lenta, pero con pistas fundamentales. Recordar el intento de magnicidio entre la sobreinformación y la rosca electoral. 

La vorágine de sobreinformación constante que caracteriza a nuestros días, nos hace olvidar de hechos que nos marcaron a fuego hace tan solo pocos meses atrás. La pandemia es un ejemplo: aquella pesadilla real se intenta olvidar consciente o inconscientemente. Si a esto le sumamos nuestros problemas diarios, se hace todavía más difícil sacar una reflexión profunda al respecto.

Otros sucesos relacionados a la política también podrían habernos sumergido en -quizás- la peor crisis de la democracia desde su retorno, luego del terrorismo de Estado. El intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. 

Al igual que con la pandemia, el hecho se va corriendo del eje de nuestro asombro y el poderoso vínculo entre la sobreinformación y la lentitud extrema de la justicia, terminan por hacernos olvidar de la impactante imagen de un arma a centímetros de la cabeza de la ex mandataria. 

Pero a casi siete meses de aquel 1 de septiembre, la causa posiblemente pueda despertar nuevas revelaciones determinantes. 

Los teléfonos peritados siguen hablando

En diálogo con ARG MEDIOS, uno de los abogados de la vicepresidenta, Juan Manuel Ubeira, anticipa que la apertura de un teléfono de una de las asesoras del diputado del PRO Gerardo Milman, podría comprobar una nueva línea de investigación. 

Esa que vincula directamente a la política con los grupos extremistas que intentaron matar a Cristina Fernández. 

“Se realizó una apertura de los teléfonos de una de las personas que trabajaban con Milman. Y ahí surgen indicaciones que son realmente interesantes”, introduce Ubeira. 

Según el abogado de CFK, allí se analizan algunos chats que podrían estar vinculados con la planificación del intento de magnicidio. Específicamente dos conversaciones puntuales: una el 28 de agosto (tres días antes del atentado a Cristina) en el que se lee “Borren todo”. Y posteriormente el 1 de septiembre, el día en que Fernando Sabag Montiel le apuntó a la vicepresidenta y gatilló dos veces, sin suerte. “Día festivo”, se lee en el teléfono de una de las personas que trabaja con el diputado del PRO.

Recordemos que semanas antes del atentado, Gerardo Milman pidió información respecto a cuántos custodios tenía la vicepresidenta, argumentando que podría existir un atentado en su contra. 

“No conozco ningún diputado nacional que haya estado tan preocupado por cuánta seguridad tenía la vicepresidenta”, sostuvo al respecto, Ubeira.

Además de ese hecho llamativo, también hay que recordar que un asesor de un diputado oficialista lo habría escuchado decir: “Cuando la maten, voy a estar camino a la costa”. Eso ocurrió días antes del 1 de septiembre y efectivamente, Milman estaba camino a la costa el día en que afortunadamente la bala no salió.

El último mensaje que surge en el nuevo teléfono peritado es del mes de noviembre, cuando hay indicaciones de “enderezar” y “moderar” la posturas respecto al intento de magnicidio, ante una evidente conmoción nacional. 

Nuevos vínculos entre los ejecutores y los planificadores

La segunda novedad de la causa es que según Ubeira habría nuevas pistas que refuerzan la teoría de que Brenda Uliarte (la coautora del intento de asesinato a CFK) era un nexo entre la mal denominada “banda de los copitos” y la organización de ultra derecha, “Revolución federal”. 

Hasta ahora la relación se hacía por las pruebas de que Uliarte había participado de algunas actividades de escrache y violencia convocadas por Revolución Federal, organización que conduce Jonatan Morel. Sin embargo, nuevos elementos harían de este vínculo un hecho comprobado. 

A su vez, siguiendo de este hilo, tanto la banda ejecutora del plan como la organización de ultraderecha, tienen otro vínculo que termina de completar el cuadro: los autores intelectuales y el sector que financió el intento de magnicidio. 

Allí, Morel es quien hace de nexo luego de que se comprobara que recibió 12 millones de pesos de parte del grupo Caputo Hermanos, en concepto de trabajos de carpintería. Un trabajo por demás dudoso si se tiene en cuenta que los trabajos fueron realizados para un hotel de Neuquén (por lo que no se entiende la necesidad de contratar a un pequeño proyecto de carpintería para un trabajo a cientos de kilómetros), además de irregularidades a la hora de facturar y cobrar ese dinero. 

Párrafo aparte merece una observación por Gabriel Carrizo, uno de los que figura como planificadores del atentado y quien en un comienzo se intentó desprender de Sabag Montiel, el ejecutor. Carrizo fue extrañamente defendido por Gastón Marano, ex asesor de la Bicameral de Inteligencia del Senado y cercano al senador del PRO, Ignacio Torres. Además, figuraba como parte del bufete de abogados de la embajada de Estados Unidos en Argentina. 

Morel recibió 12 millones de pesos de parte del grupo Caputo Hermanos

Por todo esto, nunca cuadró la idea de que un abogado de tanta trayectoria (y vínculos políticos ligados a la derecha) defienda a un personaje que parecía menor en todo este escenario. Sin embargo, el abogado de Cristina Fernández piensa lo contrario: Carrizo es una persona que no es menor en el esquema de este grupo. Llama mucho la atención cómo Sabag Montiel se quiere llevar toda la responsabilidad en sus cartas”, apunta Ubeira, en diálogo con este medio. 

El avance de la causa es lento, pero la complejidad radica en que la misma fue dividida en dos:  la querella está conforme con el trabajo que está haciendo el Juzgado de Martínez de Giorgi, pero pone su disconformidad con los pocos avances en la causa que está en manos de la jueza Capuchetti. “Todos los días aparecen cosas nuevas. Pero la división de las dos causas está generando una división artificial. Nosotros siempre recordamos que las personas que participaron en una, están en la otra”, justifica Ubeira.

“La parte humana no la ve nadie”

En un año electoral, en donde las miradas se siguen posando en la vicepresidenta, Juan Manuel Ubeira recuerda que tan solo seis meses atrás Cristina Fernández de Kirchner se salvó de milagro de ser asesinada en la puerta de su casa, frente a cámaras de televisión y muchos simpatizantes. 

Es decir, intenta contextualizar las elecciones en relación a su situación personal. 

“La parte humana no la ve nadie. A Cristina sólo se la ve como una líder política, pero es una persona que tiene sus preocupaciones como todo el mundo, como toda madre”, considera Ubeira. 

Aún así, el abogado relaciona la proscripción política que se desató luego del fallo del polémico juicio de la cuasa Vialidad y el intento de asesinato. “El atentado es la forma más grosera de la cancelación. De todas formas, el intento fallido la ha fortalecido. Mal que les pese, lograron lo contrario”, finaliza el abogado de Cristina.