En el mes que se cumple un año del atentado a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la coautora del intento de asesinato, Brenda Uliarte, destapó una olla que sin dudas tendrá repercusiones trascendentales en la causa.
La expareja de Fernando Sabag Montiel, quien gatilló dos veces a centímetros de la cabeza de la expresidenta, aseguró que este “no pudo haber llevado a cabo el hecho sin ayuda” y que tenía vínculos directos con la organización de ultraderecha Revolución Federal, la que hasta ahora venía siendo una de las principales pistas por parte de la querella.
Pero no solo se quedó con eso, si no que Brenda Uliarte también mencionó que el actual diputado nacional del PRO, Gerardo Milman, podría haber “pagado a personas para que participaran de manifestaciones” en contra del gobierno y en la puerta de la casa de Cristina Fernández.
En esa línea, también expuso un nombre que -de confirmarse- terminaría por complicar del todo al ex funcionario de Patricia Bullrich: según el escrito que presentó el abogado de Uliarte, su expareja Fernando Sabag Montiel tenía vinculación constante con una mujer cuyo nombre es “Carolina”. El mismo nombre que tiene una de las dos asesoras de Milman, Carolina Gomez Mónaco, cuya declaración se desdijo una vez y también se comprobó que entregó un teléfono falso a la Justicia.
“Yo no sé por qué Nando (Fernando Sabag Montiel) hizo esto, pero sí sé que él no es capaz de organizar y hacer todo esto solo, claramente alguien está atrás. Yo nunca vi a (Gerardo) Milman pero decían que le pagaba a varias personas para que participaran en manifestaciones y con ello generar disturbios y violencia alrededor de la casa de Cristina Kirchner. A ver, yo no digo que financiaron el atentado, pero sí financiaban para agitar y armar quilombo”, dice uno de los párrafos más importantes del escrito que presentó en Comodoro Py la coautora del intento de asesinato a la expresidenta.
Su testimonio (es la primera vez que declara) intenta despegarla de recibir una condena grave, pero abre el juego hacia otra pistas que manejaba la querella y que a partir de esta declaración, pasan a ser una hipótesis que el juzgado de la jueza María Eugenia Capuchetti no podrá dejar pasar.
Es que -siempre según Uliarte- su expareja Fernando Sabag Montiel tenía conversaciones fluidas con “una chica, de nombre Carolina”. “Cuando le pregunté quién era, me dijo que era la secretaria de un amigo, y que ella le daba una mano, que no le rompa las bolas con los celos, en el mes y medio que estuvimos juntos me la nombró dos o tres veces”, continúa en su escrito, Brenda Uliarte.
Por otro lado, la coautora del atentado a la vicepresidenta dejó la puerta abierta para confirmar que Sabag Montiel tenía un vínculo directo con la organización Revolución Federal, cuyo líder -Jonatan Morel- recibió más de 13 millones de pesos en concepto de “carpintería” por parte del Grupo Caputo, meses previos al intento de asesinato de Cristina.
“Yo fui un solo día a las sede de Revolución Federal, a vender copitos, que me llevó Fernando. El era parte de todo eso, yo no. De hecho, si le preguntan a los miembros de Revolución Federal nadie me conoce, o si me vieron, fue alguna vez vendiendo en algún acto, no porque me interese el acto en sí, sino porque se vendía re bien”, plantea Uliarte.
Hasta ahora la causa por el intento de asesinato a la expresidenta está separada en dos: una investiga a los integrantes de la denominada “banda de los copitos”, es decir Sabag Montiel, Uliarte y otros como Carrizo; mientras que por otro lado aparece una investigación paralela que pone el acento en el rol que ocupó la organización “Revolución federal”.
Para la defensa de la actual vicepresidenta, esto es un error que perjudica que la investigación avance realmente y pueda vincularse, teniendo en cuenta que en ambas aparecen puntos de conexión.
Claro que esa es una decisión que todavía ha mantenido la jueza Capuchetti bajo su poder.
La pregunta es qué hará ahora, a partir del explosivo testimonio de una de las principales autoras del atentado.