El 23 de octubre el vocero presidencial Manuel Adorni, anunció la privatización del Belgrano Cargas sin dar precisiones. Pero a los dos días, el gobierno mandó al actual presidente de Trenes Argentinos, Alejandro Nuñez, a la Bolsa de Comercio de Rosario a revelar el plan para desguazarla. En una reunión, solo para la cúpula de empresarios, el funcionario comentó que con el Belgrano Cargas “se va evitar una concesión integral donde una sola empresa tiene el monopolio. La vamos a dividir en unidades de negocios, es decir, desverticalizar. Hay varias empresas interesadas en adquirir estas unidades”. Recordamos que el gobierno ya despidió a 1.400 trabajadores de Trenes Argentinos Capital Humano a comienzos del mes de octubre.
El encuentro se realizó a puertas cerradas y hubo una exposición de los pasos oficiales para venderla. En la Bolsa de Comercio de esa ciudad santafesina se operan y se controlan las operaciones de comercio exterior de la mayoría de la materia prima que se exporta en el país. Según pudo averiguar ARG medios, el régimen Milei planea 7 concesionarios, 1 por cada línea: el Belgrano, Urquiza, San Martín. Otro por locomotoras, talleres, vías y por último playas. En definitiva el estado se desprenderá del total del sistema ferroviario haciéndose cargo solamente del mantenimiento de las vías, cobrando un peaje. Estuvieron en la mesa de la Bolsa de Comercio rosarina por parte de las empresas, referentes de Cargill, Cofco, Bunge, Dreyfus, Ledesma, entre otras empresas agroexportadoras que buscan que los vagones cargados de cereales y oleaginosas lleguen hasta sus muelles de embarque. Estás empresas están exentas de pagar ingresos brutos en la provincia de Santa Fe.
El plan es vender los terrenos, los talleres, el material rodante y entregar la exclusividad de vía para las operadoras portuarias con exclusividad de acceso a los puertos privados. Es sabido que en el complejo oleaginoso se construyeron extensiones de vías, de la trama original del ferrocarril, que llegan directamente a la puerta de las empresas del sector agroexportador en el Gran Rosario. La norteamericana Cargill fué la última que anunció la suya durante los primeros días de octubre.
Los resultados de la privatización menemista
Las frases tristemente célebres “Ramal que para, ramal que cierra” y “nada de los que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado” fue el preludio de la venta de los ferrocarriles. El impacto de la privatización dejó consecuencias en la capacidad operativa del tren aumentando los costos de todas las producciones de materias primas. El abandono de los ramales hizo que los productores regionales se vieran obligados a trasladar sus productos por ruta aumentando los costos por flete también a los consumidores. Y lo que cambió para siempre fue el tráfico de nuestro país, es decir, hizo más peligrosas las rutas nacionales al estar llenas de camiones.
La situación en el interior fue desoladora, la falta de conectividad ferroviaria dejó a muchas zonas alejadas del sistema de transporte convirtiendo pueblos y regiones enteras en áreas fantasmas. El norte argentino prácticamente quedó aislado del circuito de producción, complicando su desarrollo económico.
Las concesiones fueron otorgadas en el gobierno menemista en 1992 y prorrogadas en el 2023. Hay tres empresas exportadoras que tienen aún la titularidad de algunas líneas ferroviarias: Ferrosur con Loma Negra-Camargo Correa, Ferroexpreso Pampeano en manos de Techint y Aceitera General Deheza (AGD) con el Nuevo Central Argentino. Estos monopolios fueron los grandes ganadores de la privatización del ferrocarril. Su particularidad es que son las principales exportadoras de materias primas agropecuarias, petrolera y minerales.
La recuperación de los trenes durante la era Kirchnerista
Recordemos que el Belgrano Cargas atraviesa las principales zonas de producción agrícola del país conectándose con los puertos del extenso Río Paraná. En mayo de 2013, por decreto de la entonces presidenta Cristina Kirchner se recuperó la empresa para hacerse cargo de la explotación integral de la red carguera del Ferrocarril General Belgrano, hasta entonces concesionada a Belgrano Cargas SA.
Sus accionistas son tres Sociedades del Estado: Trenes Argentinos Infraestructura, Trenes Argentinos Operaciones y la Administración General de Puertos (AGP). En esos años hubo una gran inyección de recursos por parte del Estado, logrando que las cargas transportadas crecieran un 70 %. Aunque también es cierto que toda esa inversión se hizo con el objeto de transportar minerales en bruto del NOA hacia los puertos del Gran Rosario.
El argumento del gobierno nacional para justificar la privatización del Belgrano Cargas es que tuvo un déficit operativo de $65.057 millones en 2023. Sin embargo, durante los primeros seis meses del 2024, Trenes Argentinos Cargas redujo significativamente su déficit e incluso quedó con números cercanos al equilibrio operativo. La empresa estatal incrementó sus ingresos en dólares un 6%, mientras que los costos de operación se redujeron un 29% comparado con el mismo semestre del año anterior. La planta de 4.442 empleados está amparada en su convenio colectivo de trabajo, pero ahora ven peligrar su fuente de trabajo.
En conclusión, aquella reunión en la Bolsa de Comercio rosarina, demuestra que Milei sólo quiere darle más facilidad a los emporios agroexportadores para hacer más dinero, a costa de los recursos del pueblo argentino.