A poco de cumplir un mes al frente del gobierno, el oficialismo comenzó a sufrir las primeras fricciones de la política. En dos semanas, la CGT anunció un paro general para el próximo 24 de enero y las protestas y cacerolazos se extendieron en todo el país en rechazo al mega DNU de Javier Milei.
Sin embargo, el gobierno también sufrió un golpe por parte de la Justicia del Trabajo, que suspendió los capítulos de ese DNU referidos a una reforma laboral. Fue precisamente lo que había denunciado la Central obrera a través de un recurso de amparo.
Y como si fuese poco, en el mismo día, la oposición en el Senado de la Nación rechazó la posibilidad de que el oficialismo se anote la primera victoria: las modificaciones electorales y la aprobación de una Boleta Única de Papel (BUP).
Este miércoles, en la Cámara Alta del Congreso, el debate en el plenario de la comisiones de Asuntos Constituciones y de Justicia y Asuntos Penales empantanó las posturas a favor y en contra del proyecto del oficialismo.
Fue entonces cuando los senadores de la oposición aprovecharon para apuntarle al resto de los puntos de la reforma política que plantea el gobierno de Milei, en donde se busca eliminar las PASO y reestructurar todo el sistema electoral.
Lo cierto es que el Poder Ejecutivo tendrá un conflicto profundo respecto a esto porque por un lado el DNU busca cambiar aspectos del sistema electoral, pero dentro de la Ley ómnibus -el otro paquete de medidas que envió el gobierno al Congreso- también aparecen puntos que ponen en cuestión o al menos contradicen algo de lo que sugiere el oficialismo a través del mega DNU.
Por ejemplo, desde la Ley ómnibus se busca crear circunscripciones uninominales que podría poner en jaque la representación provincial como la conocemos hoy, así como el de las minorías y la paridad de género.
De esta forma, el gobierno libertario se enfrenta por un lado al creciente conflicto social que se expresa en las calles, los límites que le impone la justicia y también la oposición en el Congreso de la Nación.