Veneno pa tu piel y un debate urgente en España

Veneno es la última producción de Los Javis, la dupla española de creadores compuesta por Javier Ambrossi y Javier Calvo, que llega en un momento donde el país se enfrenta a los crímenes de odio.

Veneno debate España

Se trata de una serie biográfica de 8 capítulos disponible en Argentina en HBOMax, basada en la historia Cristina Ortiz, más conocida como La Veneno, una mujer trans y trabajadora sexual que después de haber sido casualmente captada por una periodista, se convirtió en un icono trans y en un personaje fetiche del éxito.

 

La historia de La Veneno

Su primera aparición fue en el programa de Pepe Navarro, Esta noche cruzamos el Mississippi, uno de los primeros late night de España en 1996.

Colaboradora de este y otros shows televisivos, su éxito se expandía a otros ámbitos como la música, pero sin dudas la responsable del éxito fue su controvertida y desprejuiciada personalidad.

En la serie se retrata un cruce de la periodista Valeria Vargas y la Veneno, ya entrado el año 2014, cuando la gloria de los 90 era un recuerdo. Dos mujeres trans que nacieron en épocas distintas pero que acaban unidas cuando Valeria, estudiante de periodismo, decide escribir un libro sobre la vida de la icónica Veneno.

La serie es un hallazgo que supera el valor testimonial, una tarea nada fácil en este caso. La poética con la que traza puentes entre el libro escrito por Valeria Vargas, la representación de lo que fue ese proceso de escritura, y la impronta que aporta la narrativa ficcional propia del lenguaje audiovisual, tiene una belleza y una fluidez que sorprende.

Los directores de fotografía Gris Jordana y Andreu Adam Rubiralta crean un clima ecléctico que pasa de colores rimbombantes propios de la mejor de las fiestas, que incluso podríamos catalogar de mágicos, a la oscuridad y densidad necesarias para retratar fielmente los extremos en los que la historia se desarrolla.

Las imágenes logran que nos desplacemos por la vida de este personaje con una poética propia, sin caer en una mirada romántica y nos permiten conocer a la bella e incorrecta, exagerada, imponente y amiguera Cristina, que intentaba construir su propio camino entre la compañía de esa familia formada junto a sus compañeras y la soledad y exclusión a la que la sociedad la obligaba. 

A través de un metalenguaje que va y viene entre la realidad y la ficción, nos sumergimos en esta red de afectos fascinante, donde muchas de las actrices se representan a ellas mismas, como Paca la piraña, amiga entrañable del personaje principal. Esta elección de un lenguaje borde entre la representación de lo que realmente sucedió y el tinte de ficción casi mágica no es casual, la misma Cristina contaba su vida como si fuera una fantasía.

No hace falta spoilear la serie para imaginar como terminó la vida de la Veneno. Como mujer trans y trabajadora sexual las estadísticas no la acompañaban mucho antes del fatal desenlace. Si bien toda la serie cuenta con un alto grado de realismo mágico hacia el final se aplaude la decisión de contar ya sin colores la crudeza de una realidad que nos debería doler a todes.

 

España y un debate urgente

Pocos días atrás, en España se inició la tramitación de la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans, fusión de dos normativas en las que se comprometieron los socios del gobierno (PSOE y Unidas Podemos) como aporte a un debate impostergable.

Entre otros puntos importantes, se supera la línea de la patologización y se pondera la libre determinación de género. Esta ley no se aprobará sin controversias que, paradójicamente, provienen en muchos casos de los llamados movimientos feministas.

La serie en este contexto cobra un nuevo valor, donde se refleja el estrago devastador que causa una justicia patriarcal en quienes no se benefician de sus arcaicas estructuras. También pone de manifiesto que una sociedad retrógrada afecta de forma irreparable a quienes no entran dentro de sus estructuras.

 “Ese pueblo tiene porque callar, que en Adra la que no es puta, ladra”

En esta declaración de la protagonista de la serie, Veneno hablaba de su sexualidad, de su trabajo sexual y de su identidad de género con una apertura absoluta que contrastaba con la infancia violenta y opresiva que había vivido en un pueblito andaluz allá por los años 60.

De todos los videos que se pueden ver en internet con sus apariciones en la televisión (intervenciones que la serie recrea con una exactitud asombrosa) es particularmente interesante un encuentro con su madre donde le reprocha la hipocresía y violencia con la que había crecido en su pueblo natal.

“Si yo tengo que decir que soy homosexual lo soy, si tengo que decir que soy transexual, lo soy, no tengo porque negarlo… En el pueblo de Adra hay gente que me ha hecho mucho daño, un día iba paseando en la feria y niños con 15 años se taparon la cabeza y nos intentaron matar y tirarnos al puerto”.

A la vista de los recientes acontecimientos en La Coruña, donde se asesinó a golpes a Samuel Luiz, un joven de 24 años en lo que habría sido un crimen de odio, se reactualizan las declaraciones de Veneno hace más de 20 años.

Otro punto sobresaliente en la producción es que si bien deja de manifiesto que los tiempos han cambiado en cuanto a las posibilidades laborales, la aceptación, e incluso en cuanto a las posibilidades sexo-afectivas de la comunidad trans, tenemos aún un gran trabajo a realizar hacia una sociedad más justa e igualitaria, donde todos, todas y todes tengan la posibilidad de trazar sus propios caminos y vivir una vida plena.

Veneno era un personaje controversial y es posible que muchas de sus declaraciones no hayan sido políticamente correctas, pero la serie logra mostrar un elemento fundamental: la potencia política que tenía en aquella época su aparición en la televisión, que, pese a la avidez de la industria de consumir y descartar personas, logró allanar, tal vez sin saberlo, el camino para tantes otres que vendrían detrás.