La alianza sinorusa en un punto de inflexión

La iniciativa transforma la geopolítica de la implacable expansión hacia el este de la OTAN y los despliegues militares occidentales en las fronteras de Rusia.

Vladimir Putin Xi Jinping
Foto: Getty Images

La  reunión virtual de este miércoles entre el presidente chino, Xi Jinping, y el presidente ruso, Vladimir Putin, transforma radicalmente la geopolítica de expansión hacia el este de Asia por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los despliegues militares occidentales en las fronteras de Rusia. 

El anuncio de la reunión en Beijing se produjo un día después de una reunión del G7 de ministros de Relaciones Exteriores en Liverpool, Reino Unido, el domingo, que se hizo eco de la retórica de Washington sobre una supuesta acumulación militar rusa en la frontera ucraniana y la amenza a Moscú con “consecuencias masivas y un severo costo en la respuesta”. 

La reunión del G7, en sí misma, tenía la intención de ser una nueva demostración de unidad occidental contra Rusia y China para llevar a Occidente a la delantera. Por primera vez, los países de la ASEAN también fueron incluidos en la ministerial del G7 como parte de los planes de la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, para comenzar un nuevo “marco económico del Indo-Pacífico” en un intento renovado de hacer retroceder la influencia de China en la región. 

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, el embajador Wang Wenbin, dijo el lunes que se espera que la reunión virtual entre Xi y Putin sirva para “hacer un balance de las relaciones bilaterales y de los resultados de la cooperación a lo largo de este año, hacer un diseño de alto nivel para las relaciones del próximo año, e intercambiar puntos de vista sobre los principales asuntos internacionales y regionales de interés común”. 

El embajador Wang anticipó que la videoconferencia Xi-Putin “reforzará aún más nuestra confianza mutua de alto nivel, promoverá vigorosamente la coordinación estratégica ‘espalda con espalda’ entre China y Rusia y el sólido desarrollo de la cooperación práctica integral”. Y concluyó: “Esto proporcionará más estabilidad y energía positiva al complejo y fluido panorama internacional”. 

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha revelado que Putin y Xi abordarán durante las conversaciones la retórica beligerante de la OTAN y la tensa situación en Europa. Citando a Peskov, “[Los dos líderes] intercambiarán sus puntos de vista sobre los asuntos internacionales. Los recientes acontecimientos en los asuntos internacionales, especialmente en el continente europeo, son ahora muy tensos y esto requiere definitivamente un debate entre los aliados, entre Moscú y Pekín”.

Peskov ha añadido que Rusia se enfrenta a “una retórica muy agresiva tanto de la OTAN como de EE.UU.”, lo que también debe ser discutido. En efecto, Peskov ha subrayado que la emergente situación de tensión en el continente europeo justifica que Rusia celebre consultas con su aliado China. 

Sin duda, esto significa una dimensión extraordinaria de la alianza ruso-china. El papel que va a desempeñar China —si es que desempeña alguno, en este escenario en evolución— se observará con atención, sobre todo porque los vientos de una tormenta perfecta están aullando tanto en Europa del Este como en Asia-Pacífico. 

Y lo que es más importante, ¿entrará el debate de hoy en el ámbito del plan de cooperación militar Rusia-China para 2021-2025, que ambos países firmaron el 23 de noviembre? Durante la firma del documento, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, dijo: “China y Rusia han sido socios estratégicos durante muchos años. Hoy en día, en condiciones de creciente turbulencia geopolítica y aumento del potencial de conflicto en varias partes del mundo, el desarrollo de nuestra interacción es especialmente relevante”. 

En concreto, Shoigu llamó la atención de su homólogo chino Wei Fenghe sobre los vuelos cada vez más intensos de los bombarderos estratégicos estadounidenses cerca de las fronteras rusas. Dijo que “este mes, diez bombarderos estratégicos (estadounidenses) practicaron el escenario de uso de armas nucleares contra Rusia prácticamente de forma simultánea desde las direcciones occidental y oriental” y se acercaron hasta 20 kilómetros de la frontera rusa. 

Shoigu también señaló el aumento del número de vuelos de bombarderos estadounidenses sobre el mar de Okhotsk, donde practicaron el lanzamiento de misiles de crucero, y dijo que ello suponía una amenaza tanto para Rusia como para China. “En un entorno así, la coordinación ruso-china se convierte en un factor estabilizador en los asuntos mundiales”, había dicho Shoigu. 

En una breve declaración, el Ministerio de Defensa de China dijo en ese momento que las dos partes “seguirán profundizando la cooperación estratégica entre los dos ejércitos, continuarán fortaleciendo la cooperación en ejercicios estratégicos, patrullas conjuntas y otras áreas, y seguirán haciendo nuevas contribuciones para salvaguardar los intereses fundamentales de China y Rusia y mantener la seguridad y la estabilidad internacional y regional”. 

Sin embargo, Shoigu hablaba hace sólo quince días. Al informar sobre el pacto, el South China Morning Post comentó que China y Rusia “se están acercando a una alianza militar de facto para contrarrestar la creciente presión de Estados Unidos”.

Como mínimo, la firma de la hoja de ruta sobre cooperación militar señaló la voluntad de Rusia y China de resistir la presión de Estados Unidos recurriendo a esfuerzos militares combinados si fuera necesario. 

Estados Unidos es incapaz de enfrentarse militarmente a China y a Rusia de forma simultánea, y si estos últimos aúnan significativamente su poder militar y sus objetivos de política exterior, eso alteraría el equilibrio de poder euroasiático y perjudicaría a Estados Unidos. 

EE.UU. sigue teniendo el ejército más capaz del mundo y no hay duda de que es más poderoso que China o Rusia por sí solos, pero una nueva unidad entre estos dos últimos puede ser estratégicamente agotadora para Washington. 

Lyle Goldstein, un experto en China y Rusia que sirvió durante dos décadas como profesor de investigación en la Escuela de Guerra Naval hasta octubre, dijo a Newsweek el lunes: “Creo que Moscú y Pekín calculan que realmente pueden mantener a Washington en una especie de confusión máxima, porque los teatros están muy distantes entre sí, y las fuerzas involucradas son bastante diferentes. Creo que ven una ganancia en esto al tirar de nosotros en dos direcciones a la vez”. 

Curiosamente, Goldstein, no cree que Estados Unidos esté preparado para entrar en guerra en Ucrania. “No creo que Estados Unidos esté preparado para ir a la guerra por Taiwán. Mantengo ambos puntos. Así que hacer ambas cosas, no, absolutamente no”. 

Explicó que los escenarios de Ucrania y Taiwán, en particular, “son sumamente estresantes, ya que implican una guerra de alta intensidad en escenarios extremadamente difíciles contra oponentes que tienen esa única medida de enfoque. Cualquiera de ellos por sí solo sería altamente estresante y yo diría que, si nos involucramos, hay una buena posibilidad de que perdamos”.

La videoconferencia de hoy entre ambos mandatarios prepara el terreno para la visita de Putin a Pekín por invitación personal de Xi Jinping como invitado principal a los próximos Juegos Olímpicos de Invierno (del 4 al 20 de febrero). 

Por lo que parece, el encuentro cara a cara de los dos líderes en Pekín a principios de febrero será un acontecimiento de gran importancia para la estabilidad mundial y la consolidación de la asociación estratégica entre ambos países. 

Es posible que la reunión virtual de hoy, en medio de las crecientes tensiones en las relaciones de Rusia con EE.UU., sea una muestra de que en Pekín se han dado cuenta de que “solo uniendo las manos pueden China y Rusia contrarrestar el ataque de la camarilla liderada por EE.UU. y evitar caer en la pasividad”, como declaró al Global Times Cui Heng, conocido académico chino del Centro de Estudios Rusos de la Universidad Normal de China Oriental. 

Para que no se pase por alto, el Tratado de Cooperación  firmado por China y Rusia en 2001 consagra que “Rusia reconoce al gobierno de la República Popular China como el único gobierno legal que representa a toda China. Taiwán es una parte constitutiva de China”. El pacto es un documento fundacional sobre el que se asienta la alianza sinorusa.  


Este artículo fue publicado originalmente en Newsclick