Taiwán es una isla con más de 23 millones de habitantes, ubicada en las costas de China continental, hacia el Pacífico y muy cerca de Japón. Los portugueses la llamaron Ilha Formosa —Isla Hermosa—, aunque su nombre oficial es el de República de China. es reconocida de manera diplomática sólo por sólo 15 países.
Entrevistamos a Gustavo Cardozo, especialista en estudios asiáticos, docente y coordinador del Centro de Estudios Asiáticos en la Universidad Autónoma de Encarnación (UNAE) de Paraguay, para conocer un poco más sobre la historia de Taiwán, su política y sus relaciones diplomáticas.
Erika Giménez: ¿Cuál es el comienzo del quiebre entre China y Taiwán?
Gustavo Cardozo: La separación se produce luego de la guerra civil en China, cuando el Partido Comunista Chino gana la guerra con Mao Tse Tung. Lo que hace Chiang [Kai Shek] es refugiarse en la isla de Taiwán. Se refugia, se lleva prácticamente a toda la comunidad —parte de la comunidad científica del país— y forma su comité fuertemente apoyado por los Estados Unidos. Eso marca la diferencia entre China y Taiwán en el siglo XX.
Pero si vamos a la cuestión histórica, Taiwán no ha estado integrada del todo a China ¿Desde qué perspectiva? Fue colonia holandesa, colonia portuguesa y estuvo bajo el poder de Japón. La colonización japonesa en Taiwán fue muy buena, generó toda la matriz industrial. Los taiwaneses tienen una admiración muy grande con Japón —a diferencia de los chinos continentales— por una cuestión de revisionismo histórico.
Si vas a la génesis histórica, Taiwán nunca llegó a ser parte profunda de China, si bien son de etnia Han [la mayoritaria en China]. A partir del siglo XX, la guerra civil los separó y los mantuvo bajo dos regímenes democráticos. En el caso de Taiwán, ocurrió mucho más entrado el siglo XXI, porque durante el gobierno del Kuomintang (KMT), en la primera etapa —lo que se llamó el período blanco de ocupación militar—, el gobierno tuvo un régimen similar al de la Argentina con los militares, en el proceso del 76´ al 83´.
A partir de los 90´ asume como presidente Lee Teng-Hui, quien posibilita esta apertura democrática. Taiwán empieza ese proceso de modernización muy fuerte. Pero nunca estuvo anexada fuertemente a China, fue más bien una isla tributaria.
EG: ¿Cómo es el gobierno de Chiang Kai Shek al llegar a la isla? ¿El Kuomintang fue una dictadura?
GC: Taiwán fue el único espacio geográfico en que encontró Chiang Kai Shek para refugiarse. Y Mao Tse Tung no pudo ganar la guerra porque, justamente, la octava flota norteamericana protegió al KMT. Lo protegió de la invasión de China continental o del Partido Comunista Chino, que hasta entrada la década del 60´ intentó varias veces tomar la isla y el control absoluto del territorio chino. Porque es territorio chino.
El KMT se sostuvo básicamente por la ayuda militar económica de los Estados Unidos, que se mantiene hasta la actualidad. Hace poco, Joe Biden aprobó una partida de pertrechos militares para sostener el gobierno taiwanés.
EG: ¿Cómo fue la Ley Marcial en Taiwán? ¿Cómo llega la democracia a la isla?
GC: En Taiwán hubo una ley marcial muy fuerte, que se sostuvo durante varios años. Taiwán tiene desaparecidos y presos políticos, al igual que la Argentina. Cuando Chiang Kai Shek muere, los nuevos líderes que le suceden intentan hacer una democratización del partido y lo logran. Hoy, el KMT es una herramienta democrática muy importante.
Pero el régimen militar en Taiwán fue realmente muy fuerte. Estados Unidos, durante muchos años, apoyó un sistema político autoritario representado en la figura de Chiang Kai Shek. Y durante el llamado periodo verde en Taiwán, las medidas que se tomaron, desde el punto de vista de las libertades individuales, no tuvo nada que envidiarle a los autoritarismos en América Latina. Esa ley marcial se sostuvo fundamentalmente por el temor a una invasión china, al surgimiento de células comunistas que pudieran iniciar proceso armado y posibilitar la caída del régimen del KMT.
Pero con Lee Teng-Hui, el gobierno del KMT toma otras medidas. Lee Teng-Hui era una persona formada en Japón, con una visión más democrática, y posibilitó este cambio. Después llega el Partido Progresista Democrático (PDP), que es otro partido político, y se abren las elecciones. Pero es un periodo muy triste de la historia política de Taiwán y que ha manchado mucho la imagen del KMT.
Mi opinión para @AgenciaTelam
isla de Taiwán, otra antigua disputa entre EEUU y China https://t.co/TenMdB1F00— Gustavo Cardozo (@GustavoACard1) August 9, 2021
EG: ¿Cómo está compuesta la población taiwanesa? Considerando que ha sido una colonia holandesa, portuguesa, japonesa… ¿Queda algo de eso?
GC: No, Taiwán tiene una composición étnica de mayoría Han y después son comunidades indígenas menores como los Hakka, que tienen su fisonomía muy similar a los indígenas del Perú, parecen incaicos. Su fisionomía incaica no es étnicamente como la de los chinos Han.
De la colonización europea lo que queda son restos de edificios, algunos fuertes abandonados, y una impronta desde el punto de vista del management empresarial de Japón. La colonización japonesa fue muy importante en ese sentido y, vuelvo a repetir, muy positiva. Pero étnicamente son mayoría Han, y en menor medida hay comunidades autóctonas.
EG: ¿Y estas minorías están en el gobierno, toman alguna decisión?
GC: No llegan aún a una participación política, digamos, ministerial. Ha habido casos donde algunas figuras políticas han logrado cargos importantes, pero no son una minoría tan representativa desde el punto de vista político. Es distinto a los uigures o a los tibetanos en China. Creo que el punto de vista demográfico sí tienen un rol más importante: los uigures son 30 millones y son musulmanes en China. En el caso de Taiwán, que es una población de 23 millones de habitantes, se reparten en un país que tiene 35 mil kilómetros cuadrados, un territorio muy pequeño, donde los Hakka son minoritarios.
EG: ¿Cómo es la política actual?
GC: Son elecciones donde la gente participa democráticamente. Una democracia muy evolucionada, muy madura. Por ejemplo, allá tienen un Buró que toma las decisiones políticas. Cuando un presidente asume el cargo, tiene que designar a su gabinete y el Buró hace un examen de los ministros que asumen en cada uno de los cargos. Tienen que tener antecedentes en el área en la cual se van a desenvolver y, una vez que toman su posición, no pueden tener comunicación entre ellos. Por ejemplo: tienen que pedir permiso para que el ministro de Economía se comunique con el ministro de Educación o el ministro de Salud, porque eso es visto como un acto de corrupción.
Ya ha habido varios referendos impulsados. Y aunque no lo creas, el partido que más empuja para un buen entendimiento con China continental es el KMT. El PDP es el partido más separatista y KMT es el que más empuja para anexarse a China y lograr un entendimiento.
EG: ¿Cuál es la relación con los países latinoamericanos? ¿Quienes reconocen a Taiwán?
GC: La región que tiene más relaciones diplomáticas con Taiwán es Centroamérica. De Sudamérica, solamente Paraguay, algo que nos genera problemas a la hora de firmar tratados de libre comercio con China. Asunción tiene relaciones diplomáticas con Taipei y no con China continental, aunque la mayoría de su comercio va destinado a China: toda la carne y soja de Paraguay va hacia China continental. Eso es todo un inconveniente en términos de negociación. Guatemala, Honduras y Nicaragua también tienen relaciones con Taiwán.
“Esa tecnología de punta que hoy se necesita para la carrera aeroespacial del siglo XXI, para el crecimiento militar del siglo XXI, Taiwán la produce y la genera”.
¿Qué relación tiene Taiwán con China continental? ¿Y con Estados Unidos? ¿Crees que el próximo conflicto mundial será en ese territorio?
GC: Es complejo porque hay mucho interés de los Estados Unidos —y también de Japón— en contener a China. Cuando uno analiza la proyección geopolítica hace unos años atrás, en términos militares, China tenía una capacidad logística que llegaba hasta las costas de Taiwán. Hoy la capacidad militar-logística de China podría pasar a Japón en términos geográficos, en expansión, capacidad y movilidad. El posicionamiento de China en el sudoeste asiático es lo que Estados Unidos trata de contener.
Estados Unidos está focalizado en contener a China en esa región, que no crezca. Es una carrera geopolítica y también se suma Corea, Japón y el resto de los países que son aliados de China o de los Estados Unidos. Taiwán juega en ese marco, aunque no tiene representatividad diplomática.
Creo que Taiwán es una piedra en el zapato para China, produce el 60% de los chips y microchips a nivel global. Es una isla de 394 kilómetros que tiene 23 millones de habitantes y tiene más del 50% de su población con estudios superiores y es vanguardista, es una isla de silicio. Esa tecnología de punta que hoy se necesita para la carrera aeroespacial del siglo XXI, para el crecimiento militar del siglo XXI, Taiwán la produce y la genera.
EG: ¿Cómo ves la relación de China y Taiwán de cara al futuro?
Hay una realidad que China saldará a largo plazo: Taiwán, sí o sí, va a tener que anexarse. En realidad, China tiene una problemática interna: es un país con un volumen demográfico muy grande, con muchos escenarios abiertos. La guerra Afganistán le pega de costado, porque China comparte territorio. Son sesenta y pico de kilómetros que tiene el límite con Afganistán y está muy cerca de Pakistán. Es una zona altamente sensible, entonces hay temor.
Este acercamiento de China con Afganistán tiene que ver básicamente por el temor de China a que ese fundamentalismo islámico contagie a los sectores más extremistas de las zonas de Xingiang, que son musulmanes. China está previendo un escenario y lo que está haciendo es algo que los chinos saben muy bien cómo hacerlo: esperar. Es tiempo. El tiempo les va a dar la razón, y el tiempo va a hacer que en algún momento, al no confrontar, Taiwán vuelva a ser parte del territorio chino.