Durante la primera semana de agosto, la Federación de Aceiteros realizó siete días de huelga hasta que el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria por 15 días. En medio de esta medida, las cámaras de la industria aceitera se reunieron con los líderes sindicales para las rondas de negociación, pero las patronales se niegan a dar el aumento al básico de $1.550.000.
Como comentamos en notas anteriores los agroexportadores están presionando al gobierno para que haya una devaluación. ¿Las razones? Por un lado el precio de la soja en el mundo cayó a un mínimo histórico. Por el otro, ven en el dólar oficial un atraso cambiario, por eso exigen que se levante el cepo. En este contexto el mecanismo de presión que están teniendo las grandes aceiteras y acopiadoras es retener la cosecha y no venderla al mercado exterior.
“En realidad las agroexportadoras no han perdido aunque la última cosecha del 2023 fue magra por la sequía. Ahora hay especulaciones de no entregar la soja, de no procesar el grano para hacer aceites”, sostuvo para ARG MEDIOS, el Secretario General de Aceiteros, Daniel Yofra.
“Evidentemente quieren un dólar más alto y que le bajen las retenciones. Obviamente de que provocan la ruptura en la negociación salarial porque quieren otras cosas como lo que nombre anteriormente, las negociaciones nuestras no están atadas a esas especulaciones por eso fuimos a la huelga”, agregó en comunicación con este medio.
Lo que están pidiendo los trabajadores aceiteros tiene que ver con nueve necesidades cubiertas por la Constitución Nacional y que Aceiteros viene utilizando como mecanismo desde que llegaron a la conducción del sindicato. Esto les viene dando buen resultado, teniendo el sueldo más alto de la clase trabajadora argentina. La situación hoy es difícil por la caída del precio internacional de la soja pero las agroexportadoras son el sector que más dinero genera en el país. Para Daniel Yofra: “el mecanismo más concreto pero no se si más eficaz es que no liquidan la soja. Entonces el hecho que no liquiden para el gobierno es grave porque es lo que le da más plata al estado”.
“El origen de las 9 necesidades es la ley de contrato de trabajo y el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que el estado tiene que garantizar. Como vivienda digna, alimentación adecuada, educación, salud, esparcimiento, vestimenta, transporte, previsión, y vacaciones. Nosotros lo que hacemos es cada una de esas necesidades tiene un valor que lo da el INDEC. Entonces lo que hacemos es una pequeña proyección de cuánto debe cobrar un trabajador de nuestro país, no solo el aceitero, para poder cubrir esas 9 necesidades por eso nosotros luchamos por ese salario. La dignidad, es poder cubrirlas todas.”
A este tire y afloje entre sindicato y las agroexportadoras se le suma la reinstalación del impuesto a la ganancias. En cuanto a la negociación paritaria Yofra manifestó: “Todavía no tenemos hecho el calculo de cuanto nos van a descontar con el impuesto a la ganancia porque estamos negociando, pero seguramente va a ser una pérdida importante del poder adquisitivo del sueldo de cada trabajador aceitero y más teniendo en cuenta que hay compañeros que hacen horas extras tienen turnos rotativos y que cobran un 30% más la antigüedad. Esto les sube cuantitativamente el salario”.
El contexto para el movimiento obrero nacional viene empeorando en cuanto al poder adquisitivo no solo por la inflación, sino también porque los aumentos de salarios no vienen superando la caída que viene desde hace ya dos gobiernos consecutivos. Si a este cuadro le sumamos la pérdida de derechos laborales que la Ley Bases impone es probable que la situación económica para la gran mayoría de la población sea inviable. La inversión no llega y los préstamos del exterior tampoco poniendo en riesgo las cuentas nacionales que el año que viene tienen otro cuello de botella. El consumo del trabajador medio cayó estrepitosamente y la producción también está en picada. La mayoría de la población se está empobreciendo intensamente y esto quedó evidenciado por la medición de la UCA, que reveló que la pobreza en la Argentina alcanzó al 50,5% durante el primer semestre de 2024 y afecta a más de 23.175.00 personas en todo el país.
En las tribunas de la Sociedad Rural y en la Bolsa de Comercio de Rosario el presidente Milei les prometió bajar costos laborales pero no la baja de retenciones o la quita del cepo. Las empresas de la cámara que nuclea a las aceiteras CIARA respondio de la siguiente manera: “Quedan 32,159 mil toneladas de soja sin precio: 24,436 mil toneladas aún sin vender más las 7,723 mil toneladas vendidas a fijar, con fijación de precio pendiente, equivalentes al 67% de la producción de soja de esta campaña.”
Además: “Restan 17,318 mil. toneladas de maíz sin precio: 10,304 millones de toneladas en poder de los productores y acopios más las 7,015 mil toneladas pendiente de fijar (51% del saldo exportable estimado).”
El informe del Monitor Agroindustrial con los datos más relevantes del sector para julio dice: “Hay una fuerte caída de la venta de soja física verificada por el menor ingreso de camiones en julio y el promedio de ventas semanales de soja continuó en baja. Asimismo, se verificó un menor ingreso de camiones a las terminales. El ingreso de camiones de soja este mes ha sido equivalente al 62% del ingreso de camiones de maíz.” Esto significa un acopio récord de parte de las agroexportadoras por lo tanto no confían en el gobierno y lo están pagando los trabajadores de dicha industria con su salario.
Como corolario de este conflicto se conoció el aumento de los sueldos de los senadores a $9.000.000 mientras la canasta básica que difundió la última medición del INDEC fue de $900.647. Daniel Yofra se pregunta al igual que todos nosotros: “ ¿Quién es más productivo, un trabajador o un senador?” Por esta razón es importante que los aceiteros no pierdan porque es un mensaje para toda la clase trabajadora del país.